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Si bien los hábitos se forman mediante la repetición, crear una impresión positiva a menudo sucede en cuestión de segundos. La expresión de gratitud, respeto y amabilidad por parte de su hijo se transmite mejor a través de sus buenos modales, que a su vez sirven como un fuerte indicador de su comportamiento futuro. Los buenos modales tienen una importancia significativa, sea la situación especial u ordinaria. Aunque sus amigos cercanos y conocidos suelen no expresarlo abiertamente, sí  observan y evalúan continuamente la conducta diaria de su niño. Por lo tanto, mostrar buenos modales no solo demuestra cortesía, sino que también refleja autoestima, respeto por los demás y disposición para contribuir de manera positiva a la sociedad. 

Practicar buenos modales en la mesa ofrece diversos beneficios para su niño, tanto físicos como sociales. Cuando los niños aprenden a comer con buenos modales, tienen menos probabilidades de ofender y más posibilidades de dejar una impresión positiva en situaciones sociales importantes a medida que crecen. Participar en conversaciones frecuentes e informales durante las comidas fomenta el desarrollo de relaciones vitales y seguras, permitiendo que su niño alcance su máximo potencial. 

El uso de buenos modales en la mesa es esencial para enseñarles a controlar su impulsividad. Construir fuerza de voluntad y autocontrol desde una edad temprana es un fuerte predictor de éxito en la vida, por lo que alentar a su niño a controlarse en la mesa es una excelente manera de practicar y fomentar estas habilidades esenciales. Cuando su niño presta atención a lo que hay en el plato, es más probable que disfrute la comida y no coma en exceso. 

Además de los beneficios sociales, practicar buenos modales en la mesa tiene importantes implicaciones para la salud. Por ejemplo, se ha demostrado que comer juntos como familia reduce los comportamientos riesgosos en los adolescentes. Desde otra perspectiva los modales inadecuados pueden llevar a la propagación de gérmenes y enfermedades. Además, comer de manera no estructurada, como de una lonchera, un paquete o en el auto, puede disminuir el sentido de satisfacción de su niño, llevándolo a comer más o inclusive menos de lo necesario. En cambio, utilizar un plato y sentarse en una mesa debidamente preparada lo ayuda a regular el tamaño de las porciones, promoviendo elecciones de alimentos más saludables. 

Animar a su niño a comer el mismo almuerzo que todos en la clase fomenta la comunicación positiva y el sentido de pertenencia. Esto no solo aumenta la conciencia sobre lo que su niño come, sino que también le da sentido a formar parte de un grupo. Enseñar e inculcar buenos modales en la mesa proporciona habilidades invaluables que le beneficiarán física, social y emocionalmente a lo largo de la vida.